Ya casi has llegado al final del libro. ¿Qué pasa ahora? ¿Has tomado una decisión concreta? ¿Te han inspirado estos capítulos o nuestra historia? Más que nunca, este mundo necesita personas que miren lejos de sí mismas. Personas como tú que estén dispuestas a vivir el sueño de Dios para sus vidas. Que no busquen su propio beneficio, sino satisfacer la necesidad de los demás. Tienes el potencial de cambiar este mundo. Y si no te confías en el gran mundo de inmediato, puedes empezar a cambiar el mundo por una persona.

Cada día, 10.000 personas mueren de hambre en este planeta. Nuestra tierra está siendo destruida y con ella la base de la vida para todos nosotros. Nunca antes había habido tanta gente que huyera. Este mundo te necesita: tus habilidades, tus conocimientos y tu amor. Se necesita que millones de personas compartan las buenas nuevas de Jesucristo. No importa a qué te dediques, no importa de qué seas o no seas capaz, se te necesita. Tu misión está ante ti. ¡Vívela!


La sopresa

En este libro te he dado razones que pueden impedirte vivir tu misión. He mostrado una serie de oportunidades de desarrollo que se aprenden cuando se ponen en marcha. Te he mostrado cómo avanzar. Y en el último capítulo te he llevado a mi propia historia personal. Creo que ahora tienes más claro cómo vivir tu propia misión personal. Pero como sabes, lo más importante viene al final. Lo que voy a contarte te hará replantearte el contenido de este libro. Estoy firmemente convencido de que es una verdad que te liberará y te quitará mucha presión de encima. Aquí viene: 

 No eres tú quien encuentra tu misión. Tu misión te encuentra a ti.

Léelo de nuevo. Léelo en voz alta para ti mismo. ¿Lo has entendido? ¿Qué te hace esta afirmación? ¿Te ayuda? ¿Tiene algo de liberador? ¿O la idea de que no depende de ti te perturba? Tal vez lleves años buscando el sentido de tu vida. Deseas desesperadamente vivir tu misión y pasas por alto el hecho de que estás atascado en medio de ella. O tal vez sólo te apoyas en tu interior. Ves una justificación para tu comodidad.

Sea cual sea tu reacción a esta afirmación, permíteme aclararla aquí de nuevo brevemente.

Hay una misión que sólo tú puedes cumplir. 

Pero el sueño de Dios no comienza con una tarea específica en algún momento de tu vida. Tú mismo eres su sueño. Te quería a ti. No eres un accidente. Él te creó. Su sueño para tu vida comenzó el día en que fuiste concebido. Te eligió entre millones de espermatozoides. Porque te necesita, con todos tus puntos fuertes y débiles. Con todo lo que te pertenece. Tu misión ya está en marcha hoy. Exactamente donde estás. Todo en tu vida forma parte de tu misión. La cuestión es si estás dispuesto a hacer tuya Su misión. Y no importa si es en tu país, en tu lugar de trabajo, en tu familia o en algún lugar lejano del mundo. Lo que Dios quiere de ti es que estés preparado para Su llamado. Para Él no sólo es importante lo que haces, sino cómo lo haces. Lo que importa es que lo hagas por amor. ¿Eres Su mano, Su boca, Su oído? ¿Ves la necesidad que Él ve? ¿Utilizas tus habilidades para satisfacer la necesidad de este mundo? ¿Eres Su portavoz? ¿Aprenden los demás de ti que Dios los ama y tiene un plan para sus vidas? ¿Es prácticamente Su mano para una buena acción o un abrazo silencioso?

En Mateo 25:36, Jesús describe una escena del próximo Juicio Final. Ilustra que Dios quiere utilizarte hoy, en tu vida cotidiana. Termino con este pasaje porque resume exactamente como Dios con esto te lleva a tu misión

"Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí. 

Entonces los justos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento, y te dimos de beber?¿Y cuándo te vimos forastero, y te recogimos, o desnudo, y te cubrimos?¿O cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti?Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis. 

Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber; fui forastero, y no me recogisteis; estuve desnudo, y no me cubristeis; enfermo, y en la cárcel, y no me visitasteis. 

Entonces también ellos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, sediento, forastero, desnudo, enfermo, o en la cárcel, y no te servimos? Entonces les responderá diciendo: De cierto os digo que en cuanto no lo hicisteis a uno de estos más pequeños, tampoco a mí lo hicisteis".


Una última pregunta

¿Te ha ayudado este libro?

Espero tus comentarios. Cuéntame sobre tu viaje personal. Me interesa saber en qué punto te encuentras y qué pasos has dado ya. Me gustaría que me dijeras qué es lo que te ha hecho avanzar y en qué no estás de acuerdo. Si este libro te ha ayudado, tengo una última petición.

Compártelo con dos amigos o colegas que creas que pueda ayudarles también. Da el primer paso e invierte en sus vidas. Regálales mi libro "Encuentra tu misión" Escribe tus comentarios a la siguiente dirección de correo electrónico: info@encuentratumision.es

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